Indicadores de negligencia en odontopediatría: una forma de maltrato infantil. Reporte de caso
José Luis Rubí Jiménez. Cirujano Dentista (Alumno de la Especialidad de Odontopediatría de la Universidad Autónoma del Estado de México) [email protected]
María Antonieta Monter García. Especialista en Estomatología Pediátrica (Docente de la Especialidad de Odontopediatría de la Universidad Autónoma del Estado de México) [email protected]
Guadalupe Pedraza Contreras. Especialista en Odontopediatría (Docente de la Especialidad de Odontopediatría de la Universidad Autónoma del Estado de México) [email protected]
Autor de correspondencia: José Luis Rubí Jiménez
Especialidad de Odontopediatría, Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma del Estado de México, Calle Jesús Carranza, Col. Universidad, C.P. 50130, Toluca de Lerdo.
Correo electrónico: [email protected] Teléfono: 01 722 217 9607
RESUMEN
Uno de los problemas que afectan a nuestra sociedad en la actualidad y que cobra importancia cada día más en la consulta odontopediátrica es el maltrato infantil. Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, como lo son: abuso físico, abandono físico o negligencia, maltrato emocional, abandono emocional, abuso sexual y abuso sexual psicológico entre otros. Generalmente los agentes de maltrato infantil se encuentran muy cercanos al propio menor. Con frecuencia se hace referencia a los padres, aunque también aparecen otras personas con o sin vinculación con el niño/a. Se reconocieron algunos factores de riesgo para que el maltrato se desarrolle dentro de una familia, así como las distintas condiciones que se presentan cada niño maltratado, sus agresores y las interacciones familiares.
Se presenta y se enfatiza el cuadro clínico de una víctima de negligencia, abandono físico y emocional, insistiendo en la necesidad de prevenirlo y diagnosticarlo a tiempo.
Las manifestaciones clínicas presentadas en este artículo expresan la existencia de alguna de las formas básicas del maltrato infantil. Se enfatiza primordialmente en las manifestaciones físicas, las cuales pueden ser vistas y despertar la sospecha en el odontopediátra.
El odontopediátra debe tener la capacidad de diagnosticar o sospechar maltrato en todo paciente en el que se detecte alguno de los factores de riesgo, acompañado de signos físicos o psicológicos de maltrato.
Palabras clave: Maltrata infantil, negligencia infantil, lesiones orales y faciales
ABSTRACT
One of the problems that affect our society today and that is important every day more in the Pediatrics practice is child abuse. There are different types of abuse, defined in multiple ways, such as: physical abuse, physical abandonment or neglect, emotional abuse, emotional neglect, sexual abuse and psychological sexual abuse among others. Usually agents of child abuse are very close to the own child. Frequently refers to parents, although there are also other people with or without bonding with the child. Some risk factors had been recognized for that abuse to develop within a family, as well as the different conditions that each abused child, their attackers and family interactions occur.
It presents and emphasizes the clinical picture of a victim of neglect, physical and emotional neglect, insisting on the need to prevent and diagnose it in time.
Clinical manifestations presented in this article express the existence of any of the basic forms of child abuse. It emphasizes primarily the physical manifestations, which can be seen and arouse suspicion at the dentist.
The dentist must have the ability to diagnose or suspect abuse in every patient that detects any of the risk factors.
Key words: Child abuse, child neglect, oral and facial injuries
INTRODUCCIÓN
Uno de los problemas que afectan a nuestra sociedad en la actualidad y que cobra importancia cada día más en la consulta odontopediátrica es el maltrato infantil que se define como toda agresión u omisión intencional dentro o fuera del hogar contra un menor(es), antes o después de nacer y que afecte su integridad biopsicosocial, realizada habitual u ocasionalmente por una persona, institución o sociedad, en función de su superioridad física y/o intelectual.1.2 Lesionando sus derechos, desde los círculos más particulares e íntimos de la familia, hasta el contexto general de la sociedad y dondequiera que ocurra. Podrían agruparse, según su tipo, en físico, sexual o por descuido, y según las instituciones involucradas, en escolares, de salud, y servicios de odontología.3
De acuerdo a las estadísticas generales del maltrato infantil a los niños en los países que constituyen el primer mundo, se ha podido establecer que alrededor del 10% de una población pediátrica puede ser víctima de la violencia intencionada por parte de un adulto y únicamente el 1% de ella será diagnosticada y quizá tratada, ya sea parcial o integralmente.4
El síndrome del niño maltratado (SNM) es un fenómeno mundial cuyo alcance involucra también a los niños mexicanos y por su enorme frecuencia es obligatorio considerarlo como un problema de salud pública.5
Los niños son maltratados en su mayoría en el seno de la misma familia y el maltrato puede ser de carácter físico, emocional económico o combinado. Con frecuencia se hace referencia a los padres, aunque también aparecen otras personas con o sin vinculación con el niño/a.
Una vez establecido el maltrato, hay que precisar los elementos básicos para que el fenómeno se lleve a cabo. Se requieren tres elementos fundamentales como lo son el niño, el agresor y un proceso o detonante.
La presencia de alguno de estos tres elementos permite colocar al menor o al adulto en el contexto de individuos con alto riesgo de sufrir u ocasionar el problema, pero no de establecer un diagnóstico de maltrato.
Algunas características o condiciones específicas que se manifiestan tanto en el menor, como agresor y el detonante, se establecen a continuación dentro de este contenido.4
Dentro del grupo familiar se distinguen los siguientes tipos de maltrato: 6,7
El abandono infantil o negligencia ocurre cuando las necesidades físicas y psicológicas básicas del menor (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y cuidados médicos) no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con él.8
Además, existen algunos subtipos de negligencia o abandono que pueden poner en peligro la salud física y/o emocional del menor como:
Negligencia Dental
Negligencia de Seguridad
El abuso y abandono emocional
Negligencia Física
Negligencia educativa
Negligencia del cuidado de la Salud
Falta de crecimiento
Drogadicción o envenenamiento intencional 9
En la práctica médica diaria la detección de maltrato requiere de la búsqueda activa de indicadores; sin embargo, no es frecuente que éstos sean requeridos como motivo de consulta. Además no existen signos patognomónicos ni excluyentes como elementos para el diagnóstico diferencial respecto a otras causas de violencia.10 A continuación se enlistan los indicadores de negligencia como maltrato infantil.
Es por eso que el objetivo de este artículo es que el Odontopediátra durante sus prácticas clínicas, al tener cercanía con el paciente, encontrándose en una posición privilegiada tenga la capacidad para identificar los posibles casos de maltrato a través de los diferentes indicadores antes mencionados.4
REPORTE DE CASO
Se presenta niño de 3 años de edad, que acude a consulta odontológica para revisión y tratamiento. Al interrogatorio la tía política refiere que el niño se encuentra bajo su cuidado desde hace 3 meses, debido a la complicación de cuadros faringoamigdalinos por falta de atención médica. El familiar relata la existencia de una falla por parte de la madre respecto a los cuidados del menor y los hermanos, por su incapacidad de proveer a los niños los mínimos requerimientos de alimentación, vestimenta, casa, atención médica, supervisión, estabilidad y crecimiento emocional., aunado a la carencia de recursos económicos, alcoholismo y trastornos mentales presentes en la madre (según datos proporcionados por el familiar). También refirió que el menor cuanta con 4 hermanos, todos ellos de diferentes padres, quienes se encontraban en las mismas condiciones físicas.
Al realizar la inspección clínica, se observa dermatitis atópica en cara por reacción alérgica al sol, la cual se encontraba en una etapa inicial de tratamiento, además de aumento de volumen a nivel de los órganos dentarios anteriores superiores (Fig.1.). El motivo de consulta referido por el familiar a cargo, era la presencia de dolor nocturno y el aumento de volumen en la zona anterior, razón por la cual acude a la clínica de la especialidad de Odontopediatría en la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma del Estado de México. Al realizar la exploración intraoral se observaron lesiones cariosas en los órganos dentarios 51, 52, 61 y 62, así como abscesos periápicales crónicos con presencia de fistula y gingivitis localizada en la misma zona.
Radiográficamente se observan zonas radiolúcidas pequeñas, circunscritas localizadas en la zona apical de los órganos dentarios 51, 52, 61 y 62. Además de presentar ligero engrosamiento del espacio del ligamento periodontal (Fig.2.).
Primera cita: El tratamiento inmediato que se decidió realizar al menor fue la canalización de los órganos dentarios antes mencionados. Debido a la edad del paciente y a los movimientos involuntarios fue necesario seguir con el tratamiento utilizando restrictor físico. Segunda cita: Se irrigaron conductos radiculares con hipoclorito de sodio al 5% y solución fisiológica, así como tratamiento con farmacoterapia. Tercera cita: Se realizó pulpectomía y colocación de coronas de níquel cromo en los órganos dentarios 51 y 61 por diagnóstico de absceso periapical crónico y absceso periápical agudo de los órganos dentarios 52 y 62 (Fig.3.).
El manejo de la conducta fue a través de desensibilización y restricción física, la cual en las últimas citas no fue necesaria y la comunicación fue más efectiva y benefició el avance del tratamiento dental (Fig.4.).
Se dio de alta previa profilaxis dental y aplicación tópica de fluoruro. (Fig.5).
DISCUSIÓN
Uno de los problemas que hemos percibido se relaciona con la detección tardía del maltrato infantil. Generalmente, cuando se toma la decisión de notificar una situación de desprotección es cuando ésta es tan evidente, reincidente y grave que dificulta notablemente el poner en marcha desde los Servicios de Protección Infantil estrategias tanto de prevención como de intervención en ellas.
Desde esta dramática evidencia, consideramos imprescindible notificar cualquier situación de desprotección de un menor con síntomas más leves (situación de riesgo), puesto que un caso detectado precozmente ofrece más posibilidades tanto de prevención como de intervención, una mayor probabilidad de obtener éxito, un menor perjuicio o daño para el niño, y, lo que es también muy importante, evitamos la separación del núcleo familiar, espacio relacional considerado como el más significativo para la socialización del niño.
Las manifestaciones clínicas presentadas en este artículo habitualmente expresan la existencia de alguna de las formas básicas del maltrato infantil. Se ha enfatizado primordialmente en las manifestaciones físicas porque aunque no son las más frecuentes, son las que pueden ser vistas y despertar la sospecha en el odontopediátra.
Se debe poner especial atención en aquellos casos donde las manifestaciones clínicas del niño aparentemente no tienen relación con la patología que estamos analizando como es la desnutrición, la talla baja, el sobrepeso u obesidad o algunas alteraciones emocionales. Estas alteraciones médico-social-legal, por su elevada frecuencia en el mundo y en nuestro país, deben ser consideradas cuando no se ha podido establecer un diagnóstico exacto.12
Los niños que sufren negligencia, generalmente, reciben también otros tipos de maltrato, reciben mensajes que les indica que no son dignos de amor y de respeto, y son posibles de castigos físicos.
Se ha observado que los niños que sufren del maltrato psicológico por negligencia, son muy temerosos y ansiosos; y toda experiencia nueva, aunque sean positivas, les provocan excitación y ansiedad desmedida.
CONCLUSIONES
El Odontopediátra debe tener la capacidad de sospechar maltrato en todo paciente en el que se detecte alguno de los factores de riesgo, acompañado de signos físicos o psicológicos de maltratos evidentes; colaborando con un grupo inter y multidisciplinario.
Una vez detectadas las situaciones de abandono, es necesario intervenir de manera adecuada, es decir, realizar acciones que logren detener el problema y prevenir situaciones más graves, intentando que ésas sean lo menos lesivas para el menor.
Los niños maltratados hoy, se convertirán en adultos problemáticos y agresivos en un futuro, son quienes estarán a cargo de la sociedad y que llevarán adelante a grupos y comunidades. Podemos concluir que la primera etapa de socialización que el niño vive dentro de su núcleo familiar es muy importante para su futura relación con la sociedad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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