Esta revisión narrativa tuvo como objetivo analizar la liberación de microplásticos (MPs) por dispositivos ortodóncicos como alineadores transparentes, brackets y retenedores, sus mecanismos de degradación, implicaciones para la salud bucal y sistémica, y alternativas sostenibles. Se realizó una búsqueda bibliográfica en PubMed, Scopus y Web of Science, utilizando los términos: "orthodontic microplastics", "clear aligners degradation", "dental polymers wear" y "microplastics oral health". Se aplicaron filtros para publicaciones entre 2015 y 2025, en inglés o español. Se incluyeron estudios in vitro / in vivo, revisiones sistemáticas y meta-análisis que evaluaran cuantitativa o cualitativamente la liberación de MPs; se excluyeron artículos anteriores a 2015 o sin evaluación directa. Se identificaron 50 artículos, de los cuales 33 cumplieron con los criterios de inclusión. La síntesis narrativa reveló que materiales como PET-G, poliuretanos y policarbonatos, presentes en dispositivos ortodóncicos, liberan MPs por desgaste mecánico, degradación química e interacción con la microbiota oral. Estas partículas pueden inducir inflamación, citotoxicidad y disbiosis oral, además de atravesar barreras epiteliales y generar efectos sistémicos como estrés oxidativo y disrupción endocrina. Se destacan alternativas como polímeros biodegradables, recubrimientos protectores y tecnologías de impresión 3D de bajo impacto. Sin embargo, persisten vacíos en la evidencia clínica y en la regulación de estos materiales. Se concluye que es necesario fortalecer la vigilancia científica, promover materiales sostenibles y establecer normativas específicas para reducir los riesgos asociados a los MPs en ortodoncia.
Palabras clave: Microplasticos, ortodoncia
This narrative review aimed to analyze the release of microplastics (MPs) from orthodontic devices such as clear aligners, brackets, and retainers, focusing on their degradation mechanisms, implications for oral and systemic health, and sustainable alternatives. A literature search was conducted in PubMed, Scopus, and Web of Science, using the terms: "orthodontic microplastics", "clear aligners degradation", "dental polymers wear", and "microplastics oral health". Filters were applied to select publications between 2015 and 2025, in English or Spanish.Inclusion criteria encompassed in vitro and in vivo studies on MP release, systematic reviews, and meta-analyses. Articles published before 2015 or lacking qualitative/quantitative assessment of MPs were excluded. Over 50 articles were identified, of which 33 met the inclusion criteria.The thematic synthesis revealed that materials such as PET-G, polyurethanes, and polycarbonates release MPs due to mechanical wear, chemical degradation, and interaction with oral microbiota. These particles may cause local inflammation, cytotoxicity, and oral dysbiosis, as well as systemic effects like oxidative stress and endocrine disruption after ingestion or absorption.Promising alternatives include biodegradable polymers, protective coatings, and low-impact 3D printing technologies. However, clinical implementation and long-term validation remain limited. Significant gaps persist in clinical evidence and regulatory frameworks. It is concluded that greater scientific surveillance, promotion of sustainable materials, and the development of specific regulations are needed to reduce the risks associated with MPs in orthodontics.
Key words: microplastics, orthodontic
Correspondencia: [email protected] (M.C.Aguilera) [email protected] (A. Radomile), [email protected] (D Hernández.)
En las últimas décadas, el uso extensivo de polímeros sintéticos en dispositivos ortodóncicos ha generado preocupación sobre su posible degradación y liberación de microplásticos (MPs) en la cavidad bucal. Los MPs, definidos como partículas plásticas menores a 5 mm, han emergido como un contaminante global con potencial impacto en la salud humana.
Se ha identificado que los dispositivos ortodóncicos, fabricados con polímeros como policarbonato, polietileno y resinas acrílicas, pueden liberar MPs durante su uso en la cavidad bucal, por tanto, logran ser liberados por el desgaste mecánico, la degradación química y la exposición continua a factores propios del entorno oral, como la saliva, el pH fluctuante y la interacción con alimentos y bacterias orales1.
Aunque los impactos ambientales de los MPs han sido ampliamente debatidos, su presencia en ambientes internos, especialmente en contacto prolongado con tejidos humanos como en ortodoncia, plantea interrogantes importantes en el campo de la salud pública. La evidencia emergente sugiere que estas partículas pueden inducir citotoxicidad, inflamación o incluso efectos sistémicos cuando son ingeridas o absorbidas por mucosas2.
Esta revisión narrativa analiza críticamente la evidencia científica disponible en los últimos diez años sobre la liberación de microplásticos en la cavidad bucal por dispositivos ortodóncicos. Se abordan los mecanismos de liberación, los riesgos potenciales para la salud humana y se exploran alternativas clínicas y materiales que podrían minimizar esta problemática como posibles alternativas sostenibles.
Se realizó una búsqueda bibliográfica en PubMed, Scopus y Web of Science, utilizando los términos: "orthodontic microplastics", "clear aligners degradation", "dental polymers wear" y "microplastics oral health". Se aplicaron filtros para publicaciones entre 2015 y 2025, en inglés o español. Se incluyeron estudios in vitro / in vivo, revisiones sistemáticas y meta-análisis que evaluarán cuantitativa o cualitativamente la liberación de MPs; se excluyeron artículos anteriores a 2015 o sin evaluación directa. Se identificaron más de 50 artículos, de los cuales 27 cumplieron con los criterios de inclusión.
Los microplásticos (MPs) son fragmentos de polímeros sintéticos con un tamaño inferior a 5 milímetros, mientras que los nanoplásticos (NPs) se definen como partículas plásticas menores a 100 nanómetros. Estas partículas pueden originarse de forma intencional (microplásticos primarios) o ser el resultado de la fragmentación de plásticos de mayor tamaño (microplásticos secundarios)4.
Los MPs y NPs presentan características fisicoquímicas similares, como superficie hidrofóbica, potencial para adsorber contaminantes y persistencia ambiental, que les permiten interactuar con medios biológicos, incluidos tejidos humanos5. En contextos médicos y odontológicos, estos plásticos pueden liberarse mediante procesos físicos o químicos, especialmente cuando están sujetos a fricción, temperatura o cambios de pH, como ocurre dentro de la cavidad oral6.
Una preocupación creciente es su capacidad de actuar como vectores de compuestos tóxicos (metales pesados, disruptores endocrinos, etc.), así como de microorganismos patógenos que pueden adherirse a su superficie7. Además, su tamaño reducido les permite penetrar barreras epiteliales y potencialmente llegar a otros órganos mediante rutas sistémicas, lo que amplifica su riesgo biológico8.
Este trasfondo hace indispensable el análisis de la exposición humana a MPs desde fuentes clínicas comunes como los dispositivos ortodóncicos, cuyo uso prolongado en la cavidad bucal podría representar una fuente inadvertida de estas partículas.
Es interesante recordar que los microplásticos (MPs) son partículas sintéticas de polímeros insolubles en agua, con un tamaño menor a 5 mm, que se han convertido en un problema global debido a su persistencia ambiental y potencial toxicidad. En el ámbito de la odontología, y particularmente en ortodoncia, los MPs pueden originarse a partir de la degradación de dispositivos poliméricos sometidos a fuerzas mecánicas, químicas y biológicas en la cavidad bucal.
Ahora bien, los microplásticos se clasifican según su origen en:
En relación a lo anteriormente expuesto, la evidencia confirma que los MPs en ortodoncia son predominantemente secundarios, derivados de la fragmentación de polímeros sometidos a estrés en la cavidad bucal. Entre los dispositivos, los alineadores transparentes y elásticos son los mayores contribuyentes, mientras que los brackets metálicos tienen un rol indirecto a través de sus componentes accesorios11.
Los dispositivos ortodóncicos modernos están fabricados con una amplia variedad de materiales poliméricos y metálicos diseñados para brindar funcionalidad mecánica, resistencia al desgaste y biocompatibilidad. Sin embargo, varios de estos componentes están compuestos total o parcialmente por polímeros susceptibles a degradación, lo que los convierte en una fuente potencial de liberación de microplásticos (MPs) en la cavidad bucal9.
Los brackets, componentes fundamentales en los tratamientos ortodóncicos fijos, pueden ser metálicos, cerámicos o plásticos. Aunque los metálicos predominan por su resistencia, los brackets plásticos y las cubiertas estéticas de ciertos modelos contienen policarbonatos, poliuretanos o poliamidas10. A su vez, los alineadores removibles, como los utilizados en sistemas de ortodoncia invisible, están confeccionados principalmente con tereftalato de polietileno (PET-G), un polímero termoformado que ha demostrado deteriorarse con el uso prolongado y la exposición a agentes químicos y físicos presentes en la saliva11.
Las ligaduras elásticas, otro componente común, suelen estar hechas de elastómeros sintéticos como poliuretanos, que presentan un deterioro progresivo debido a la tensión mecánica y los cambios de temperatura12. Los adhesivos dentales utilizados para fijar brackets también contienen compuestos poliméricos como resinas epóxicas y metacrilatos, cuya degradación podría liberar fragmentos microscópicos si no se controla adecuadamente su formulación y manipulación clínica13.
Por otra parte, el proceso continuo de masticación, cepillado y exposición a sustancias como colutorios o bebidas ácidas puede acelerar la abrasión y deterioro de estos materiales, desencadenando la liberación de MPs que pueden quedar suspendidos en la saliva o depositarse sobre los tejidos blandos14. Por lo tanto, la selección del material ortodóncico no solo debe basarse en criterios estéticos o funcionales, sino también considerar su estabilidad y comportamiento frente al ambiente dinámico de la cavidad oral.
A pesar de que los aparatos ortodóncicos están diseñados para soportar fuerzas mecánicas, su exposición prolongada al ambiente bucal, caracterizado por la humedad, las variaciones de temperatura, la presencia de enzimas y un pH variable, favorece la liberación de MPs. A continuación, se describen los principales dispositivos involucrados:
Brackets metálicos: Aunque son de aleación metálica, las ligaduras elásticas (poliuretano) y los componentes estéticos (resinas) liberan MPs por fricción con el arco11. Tal como lo demuestra un estudio in vitro, donde posterior a 6 meses de simulación de masticación, se detectaron entre 200–500 partículas/mm², en la superficie de brackets15.
Arcos ortodóncicos: Los arcos de níquel-titanio (NiTi) con recubrimiento polimérico (ej. teflón) muestran desgaste acelerado, especialmente en pacientes que consumen bebidas ácidas16.
Alineadores (PETG): Un estudio con espectroscopía Raman confirmó la liberación de 1,000–5,000 partículas/cm² tras 14 días de uso, asociado a ciclos de inserción/remoción17. La exposición a café o jugos cítricos incrementa la liberación un 40%9.
Retenedores de polipropileno: Su estudio in vitro en medios que simulan pH salival ácido (pH 4.5), se observó fragmentación en 72 horas 18.
Adhesivos y Sellantes: Resulta interesante saber que las resinas bis-GMA utilizadas para cementar brackets liberan nanopartículas (<1 µm) durante el pulido o por abrasión con alimentos9.
Ahora bien, es importante conocer que existen factores que aumentan la liberación de estos microplásticos en los dispositivos ortodóncicos, como lo son: agentes mecánicos, donde están el cepillado agresivo y el bruxismo; factores químicos: Bebidas carbonatadas (pH<4) y enzimas salivales y los térmicos, donde influyen los cambios de temperatura con la ingesta de alimentos excesivamente calientes o fríos. (Figura 1)
De esta manera, es interesante destacar la investigación de Li et al. en 2023 donde señala aquellos materiales más comunes en ortodoncia y su potencial liberación de MPs16. (Tabla 1)
La cavidad bucal representa un entorno dinámico y complejo, donde los dispositivos ortodóncicos están expuestos a múltiples factores que favorecen la degradación de sus materiales y la subsecuente liberación de microplásticos (MPs). Estos mecanismos pueden clasificarse en tres principales: desgaste mecánico, degradación química e interacción microbiológica.
La fricción constante generada por la masticación, el cepillado dental y el contacto entre componentes ortodóncicos induce abrasión superficial en materiales poliméricos como los alineadores, ligaduras y brackets plásticos. Este proceso genera partículas microscópicas que pueden desprenderse y quedar suspendidas en la saliva o adherirse a tejidos blandos12. Estudios in vitro han demostrado que el uso simulado de alineadores durante 14 días puede generar alteraciones en la superficie y pérdida de masa polimérica detectable13.
El ambiente oral presenta variaciones de pH, temperatura y exposición a enzimas salivales que pueden acelerar la hidrólisis o la oxidación de polímeros sintéticos. Por ejemplo, bebidas ácidas o colutorios con alcohol pueden debilitar enlaces químicos en materiales como el PET-G o el poliuretano, facilitando la liberación de fragmentos plásticos14. Además, la exposición prolongada a la humedad proveniente de la saliva y los alimentos favorece la lixiviación de aditivos y plastificantes, lo que puede alterar la integridad estructural del material15.
La colonización bacteriana sobre superficies ortodóncicas puede formar biopelículas que generan metabolitos ácidos capaces de erosionar materiales plásticos. Esta degradación biológica, aunque menos estudiada, representa un mecanismo adicional de liberación de MPs, especialmente en pacientes con higiene oral deficiente20.
Estos mecanismos no actúan de forma aislada, sino que se potencian mutuamente. Por ejemplo, la abrasión mecánica puede exponer capas internas del material más susceptibles a la degradación química, mientras que la rugosidad inducida por el desgaste favorece la adhesión bacteriana y la formación de biopelículas.
La exposición a microplásticos (MPs) en la cavidad bucal, especialmente por el uso prolongado de dispositivos ortodóncicos, plantea preocupaciones crecientes en el ámbito de la salud humana. Estas partículas, al ser liberadas por desgaste mecánico o degradación química, pueden ser ingeridas, inhaladas o incluso absorbidas por las mucosas orales, generando efectos locales y sistémicos. (Figura 2)
Los MPs pueden inducir citotoxicidad e inflamación en tejidos blandos orales. (Wright et al., 2021). Estudios in vitro han demostrado que partículas plásticas pueden alterar la viabilidad celular de fibroblastos gingivales y epiteliales, promoviendo la liberación de citoquinas proinflamatorias como IL-6 y TNF-1. Además, su presencia puede favorecer la disbiosis de la microbiota oral, alterando el equilibrio ecológico y aumentando el riesgo de enfermedades periodontales21.
Una vez ingeridos o absorbidos, los MPs pueden atravesar el epitelio intestinal o mucoso y alcanzar el torrente sanguíneo. Se ha documentado su presencia en sangre, placenta, pulmones y tejidos hepáticos, lo que sugiere una distribución sistémica con potenciales efectos adversos22. Entre los riesgos más relevantes se encuentran:
Además del impacto en el paciente, la manipulación de materiales ortodóncicos en clínicas dentales puede liberar MPs al ambiente, afectando al personal de salud y contribuyendo a la contaminación ambiental25. La eliminación inadecuada de residuos dentales también representa una fuente secundaria de exposición para la población general26.
La creciente preocupación por la liberación de microplásticos (MPs) en la cavidad bucal ha impulsado la búsqueda de soluciones que reduzcan su generación sin comprometer la eficacia clínica de los tratamientos ortodóncicos27. Estas estrategias pueden agruparse en tres enfoques principales: innovación en materiales, mejoras en la práctica clínica y gestión ambiental responsable.
Una de las estrategias más prometedoras es el desarrollo de materiales biocompatibles y biodegradables, como polímeros a base de ácido poliláctico (PLA), policaprolactona (PCL) o compuestos reforzados con fibras naturales, que presentan menor riesgo de fragmentación y toxicidad19. También se están explorando recubrimientos protectores para alineadores y brackets que reduzcan la abrasión y la liberación de partículas plásticas28.
Además, la impresión 3D con resinas de nueva generación permite fabricar dispositivos personalizados con mayor precisión y menor desperdicio de material, lo que contribuye a una producción más sostenible29.
Desde el punto de vista clínico, se recomienda reducir el número de recambios innecesarios de alineadores o ligaduras, asi como evitar el uso de colutorios agresivos que puedan degradar los materiales y educar al paciente sobre el cuidado adecuado de sus dispositivos para prolongar su vida útil y minimizar el desgaste30.
La implementación de protocolos de evaluación periódica del estado de los dispositivos también puede ayudar a detectar signos tempranos de degradación y prevenir la liberación de MPs31.
En el ámbito ambiental, es fundamental establecer protocolos de recolección y reciclaje de dispositivos ortodóncicos usados. Algunas clínicas han comenzado a colaborar con programas de reciclaje especializados para evitar que estos materiales terminen en vertederos o cuerpos de agua32.
Asimismo, se promueve la formación del personal odontológico en sostenibilidad y el uso de tecnologías de bajo impacto ambiental, como sistemas de filtración en consultorios para capturar partículas plásticas antes de que ingresen al sistema de aguas residuales33.
La evidencia revisada demuestra que los dispositivos ortodóncicos, especialmente aquellos fabricados con polímeros como PET-G, poliuretanos y policarbonatos, son una fuente potencial de liberación de microplásticos (MPs) en la cavidad bucal. Si bien los estudios in vitro han documentado la degradación de estos materiales bajo condiciones simuladas, aún existe una brecha significativa entre los hallazgos experimentales y la evidencia clínica directa en pacientes humanos23,24.
Uno de los principales desafíos es la falta de estandarización en los métodos de detección y cuantificación de MPs en entornos orales. Las técnicas analíticas como la espectroscopía Raman o la microscopía electrónica han sido útiles, pero su aplicación clínica es limitada por su costo y complejidad. Además, la mayoría de los estudios se centran en alineadores removibles, dejando un vacío importante en la evaluación de otros dispositivos como ligaduras, adhesivos y brackets estéticos.
Desde el punto de vista toxicológico, los efectos adversos de los MPs en tejidos orales y sistémicos han sido documentados en modelos celulares y animales, pero la extrapolación a humanos requiere cautela. La variabilidad en la respuesta biológica, la dosis de exposición y la duración del tratamiento ortodóncico son factores que dificultan establecer una relación causal directa27.
En cuanto a las alternativas propuestas, si bien los materiales biodegradables y los recubrimientos protectores representan avances prometedores, su implementación clínica aún es incipiente y requiere validación a largo plazo. Además, la sostenibilidad ambiental de estos nuevos materiales debe evaluarse de forma integral, considerando su ciclo de vida completo y su impacto ecológico28.
Finalmente, es necesario abordar las implicaciones éticas y regulatorias. La ausencia de normativas específicas sobre la liberación de MPs en dispositivos médicos plantea interrogantes sobre la responsabilidad de fabricantes y profesionales de la salud. La odontología, como disciplina, debe asumir un rol activo en la promoción de prácticas sostenibles y en la generación de evidencia que respalde decisiones clínicas informadas.
La evidencia científica revisada en los últimos cinco años confirma que los dispositivos ortodóncicos, especialmente aquellos fabricados con polímeros sintéticos como PET-G, poliuretanos y policarbonatos, pueden liberar microplásticos (MPs) en la cavidad bucal debido a procesos de desgaste mecánico, degradación química e interacción con la microbiota oral. Esta liberación representa una fuente de exposición inadvertida a MPs, con potenciales efectos adversos tanto locales como sistémicos.
A nivel local, los MPs pueden inducir inflamación, citotoxicidad y alteraciones en la microbiota oral, mientras que su absorción o ingestión podría contribuir a efectos sistémicos como estrés oxidativo, disrupción endocrina y toxicidad multiorgánica. Aunque gran parte de la evidencia proviene de estudios in vitro o modelos animales, los hallazgos justifican una mayor vigilancia clínica y científica.
Existen alternativas prometedoras, como el uso de materiales biodegradables, recubrimientos protectores y tecnologías de fabricación más sostenibles. Sin embargo, su implementación clínica aún requiere validación a largo plazo. Asimismo, es fundamental establecer protocolos de manejo de residuos ortodóncicos y fomentar la educación ambiental en el ámbito odontológico.
Finalmente, se destaca la necesidad urgente de normativas específicas que regulen la liberación de MPs en dispositivos médicos, así como de estudios longitudinales que evalúen su impacto real en la salud humana. La ortodoncia del futuro debe avanzar hacia una práctica más segura, ética y ambientalmente responsable.